La tecnología es un elemento sustancial de nuestras vidas. Cada vez más nos configuramos como sistemas sociotécnicos donde todas nuestras interrelaciones están mediadas tecnológicamente. Mantenemos una interacción física, cognitiva y hasta emocional con la tecnología, como lo atestigua nuestra actividad en las redes sociales. Más aún, algunas tecnologías están difuminando las fronteras entre los sujetos humanos y los artefactos, en una suerte de simbiosis y co-evolución. La llamada Cuarta revolución industrial o revolución 4.0 ofrece enormes posibilidades de desarrollo científico y económico, de innovación, de mejora en la toma de decisiones. Y también nos abre un sinfín de interrogantes y riesgos.

La tecnología no solo transforma los objetos, sino también los hábitos, las costumbres o las relaciones, modificando los sistemas, ya sean sociales, económicos o naturales. Esta transformación se desarrolla a una gran velocidad e implica profundas modificaciones socioeconómicas y biofísicas en lo que se está llamando “la nueva era de los humanos” o Antropoceno. Este contexto se denomina “ciencia post-normal” y se caracteriza por la incertidumbre sobre los hechos, los valores en disputa, los enormes desafíos (riesgos sistémicos como la actual pandemia o el cambio climático) y la necesidad de tomar medidas urgentes. Por ello, la tecnología requiere debate ético, deliberación pública, transparencia y políticas; esto es, precisa de buena gobernanza.

¿Cómo alinear la innovación tecnológica con los valores, necesidades y expectativas de la sociedad? ¿Es posible un empoderamiento tecnológico de la ciudadanía? ¿Cómo afectará la tecnología al futuro del trabajo? ¿Qué elementos se necesitan para favorecer la confianza, la aceptación y la apropiación social de la tecnología? ¿Cómo puede contribuir la tecnología al bien común y, en concreto, a los objetivos de desarrollo sostenible? ¿Es necesario un nuevo pacto tecno-social entre usuarios, empresas e instituciones? ¿Se pueden desarrollar tecnologías abiertas, versátiles, controlables y sostenibles? ¿Es posible generar entornos tecnológicos amigables que no aíslen y que contribuyan a la conexión social?

Dedicaremos nuestra siguiente conversación de “Eta orain, zer” a estas y otras preguntas. Dialogaremos sobre la idea de una tecnología centrada en las personas, inclusiva y socialmente responsable con Arantxa Rentería, Jesús Salgado y Txetxu Ausín. Todas y todos estamos emplazados a este debate público sobre una sociedad más justa donde la convivencia entre seres humanos y artefactos tecnológicos es ya lo más habitual en nuestra vida cotidiana.